La reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei avanza con un paquete de modificaciones que altera de manera profunda la estructura salarial en Argentina. El proyecto, considerado una de las iniciativas insignia del Ejecutivo, redefine qué conceptos son remunerativos, amplía beneficios no salariales y modifica el cálculo de aportes y contribuciones, generando un nuevo esquema que impactará directamente en el ingreso de los trabajadores y en el financiamiento del sistema de seguridad social.
La propuesta oficial, que ya genera tensiones entre sindicatos y cámaras empresarias, introduce cambios que afectan tanto la composición del salario como las condiciones de contratación. Entre los puntos más discutidos se encuentran la ampliación del período de prueba, la creación de un sistema alternativo a la indemnización tradicional y la incorporación de componentes variables sujetos a decisión empresarial.
Un salario redefinido: qué cambia con la reforma
Uno de los ejes centrales del proyecto es la redefinición de los elementos que integran el salario. La reforma habilita nuevas modalidades de pago y establece qué beneficios quedan excluidos de aportes y contribuciones, lo que puede modificar tanto el sueldo bruto como el monto final que percibe el trabajador.
Especialistas en derecho laboral señalan que esta reconfiguración abre un escenario de mayor flexibilidad para las empresas, pero también de mayor incertidumbre para los empleados, que podrían ver más fluctuaciones en su ingreso mensual.
Beneficios no remunerativos: una lista ampliada
Los artículos 31 a 35 del proyecto incorporan una serie de beneficios sociales que pasarán a ser considerados no remunerativos. Entre ellos se incluyen:
- Servicios de comedor
- Reintegros médicos
- Guardería
- Útiles escolares
- Planes de capacitación
- Gastos de sepelio
Al no tributar aportes ni contribuciones, estos conceptos quedan por fuera de la base salarial que se utiliza para calcular cargas sociales.

Impacto en los aportes y en la seguridad social
Para los gremios y diversos especialistas, esta ampliación de ítems no remunerativos implica una reducción en los ingresos del sistema previsional y en el llamado “salario indirecto”, que financia prestaciones como jubilaciones, asignaciones y cobertura de salud.
Desde el sector sindical advierten que la medida podría debilitar el financiamiento de la seguridad social y generar un desbalance en los recursos destinados a prestaciones básicas. Las cámaras empresarias, en cambio, sostienen que la flexibilización permitirá reducir costos laborales y fomentar la contratación.
Componentes dinámicos: pagos variables y sin continuidad garantizada
Otro punto clave de la reforma es la posibilidad de que las empresas incorporen pagos adicionales —fijos o variables— basados en mérito individual, productividad u organización del trabajo. Estos montos podrán modificarse o eliminarse sin que se generen derechos adquiridos por costumbre o continuidad tácita.
Este esquema introduce un componente de mayor volatilidad en el salario, que dependerá en mayor medida de decisiones internas de cada empresa.
Período de prueba: hasta un año
La reforma también amplía el período de prueba, que podrá extenderse hasta un año. Esta modificación genera preocupación en distintos sectores, que advierten sobre un posible aumento de la rotación laboral y una disminución en la estabilidad del empleo.
Para las empresas, en cambio, la medida ofrece un margen más amplio para evaluar desempeño antes de formalizar una relación laboral de largo plazo.
Indemnización alternativa: un sistema privado en debate
El proyecto habilita la creación de un sistema privado de cápitas para reemplazar la indemnización tradicional por despido. Según el Gobierno, este mecanismo busca reducir litigiosidad y brindar previsibilidad a las empresas.
Los sindicatos, sin embargo, cuestionan la iniciativa y sostienen que implica una reducción de la protección frente al despido, al trasladar el riesgo al trabajador y debilitar el esquema indemnizatorio vigente.
Un salario más fluctuante: el “bolsillo real” en discusión
Con más conceptos no remunerativos y un mayor peso de los componentes variables, el salario final podría volverse más inestable. La discusión sobre el “bolsillo real” —el dinero efectivamente percibido por el trabajador— se instala como uno de los temas centrales en el debate público.
Consultoras laborales anticipan que el impacto será heterogéneo y dependerá del sector, el tamaño de la empresa y la capacidad de negociación colectiva.
Lo que viene para 2026: un año clave
Gremios, cámaras empresarias y analistas coinciden en que 2026 será un año determinante para evaluar los efectos de la reforma. Las negociaciones paritarias, los acuerdos sectoriales y la evolución del empleo formal serán indicadores.
